Pero, como muestra mi talla, puedes creer en el valor de la positividad corporal como un movimiento y aún no poder aplicarlo a ti mismo. Esas creencias no deshacen la inseguridad que se desarrolló cuando mi metabolismo se vino abajo en la segunda mitad de mis veinte o las dos décadas que pasé viviendo en una sociedad que dice todo el aumento de peso = falla. Retir todas mis medias no necesariamente va a cambiar la forma en que me siento acerca de mi intestino (o esa barbilla que desarrollé a los 26 años porque WTF, ¿cómo es eso justo??). Sin embargo, es el signo de un gran problema, algo que es Literalmente me enferma, Y eso necesita parar.
En un instante, supe que, en aras de mi salud y cordura, tenía que dejar ir lo de la cosa, como yo sé, en mi corazón, que el invierno de Nueva York continúa hasta mediados de mayo. Así que voy a tener que comprar algunas medias que se ajustan, Fin de la historia. Y si son de tamaño dos (o tres, o cuatro), no moriré. Por el contrario, tal vez podré pasar la cena sin desarrollar calambres estomacales.
A veces, ya veo, la aceptación del cuerpo y el amor propio no se trata de adorar cada centímetro de quién eres las 24 horas, los 7 días de la semana,. A veces, se trata de aceptar su cuerpo por lo que es y amarse lo suficiente como para tomar decisiones más saludables, ya que se compran algunas medias nuevas, o para que se reduzcan un descanso.
Un escritor descubrió que la clave para encontrar la aceptación del cuerpo era dejar de usar pantalones. Y para otro, fue para desterrar los espejos de su entrenamiento.