Mis rituales de carrera han cambiado en la era de Covid-19, pero las millas aún importan

Mis rituales de carrera han cambiado en la era de Covid-19, pero las millas aún importan

Si bien la moción era familiar, nada sobre la realidad de correr en una cinta de correr me sentía natural o provocando alegría para mí. "Correr en el interior puede ser diferente al exterior y más difícil debido al desafío mental y al cambio fisiológico en nuestra carrera cuando corremos en una cinta de correr versus afuera", dice el Dr. Cauthen. "Puede requerir más esfuerzo mental para concentrarse en correr en una cinta de correr, ya que no puede sentir su progreso, ya que no se está moviendo a lo largo de un camino, y puede quedar atrapado para ver el rastreador de tiempo o distancia."

A menudo frustrado y necesitando una distracción, encontraría pequeñas tareas que completar entre millas. Incluyendo, entre otras,: acercar el ventilador a mí. Subiendo el volumen en el televisor. Retirando los cordones de mis zapatos nueve veces sin razón en absoluto. Abriendo las persianas. Un día, después de hacer este último, me subí a mi banda de rodadura para terminar un entrenamiento. Después de unos minutos de la rutina de comedia de Midge, me caí de mi trance de televisión y miré a mi izquierda. Como siempre, una oleada de verde se estaba formando en las cimas de los árboles al otro lado de la calle, y otra primavera estaba en movimiento. Menos familiar, menos seguro, pero aún totalmente reconocible.

"En el deporte, o en la vida, encontramos patrones de comportamientos y desarrollamos rutinas que realizan tareas vinculadas a nuestras emociones", dice el Dr. Cauthen. "Utilizar el deporte como rutina en el día de uno proporcionará un sentido de enfoque, relajación, impulso positivo del estado de ánimo para ayudar a facilitar el crecimiento y el impacto en nuestro trabajo, académicos y relaciones."A medida que los universos y las ciudades animadas se han reducido a los apartamentos de una habitación, nuestras existencias han cambiado de forma, al igual que nuestras rutinas de acondicionamiento físico, vida familiar, relleno en blanco. Sí, las cosas en este momento se sienten estériles, confusas y sombrías, pero pronto llegará un momento que, cansado del ruido, harto del aislamiento, miraremos hacia arriba y hacia la izquierda y veremos las copas de los árboles verdes.

Como la ciencia se ha referido a la seguridad general del ejercicio al aire libre, hace unos días, por primera vez desde que comenzó la pandemia Covid-19, fui a una carrera soleada del sábado por la mañana. Me mudé a la calle desierta y comencé a acelerar mi ritmo en una subida cuesta. Los árboles, que ya gotean con hojas colgadas sobre la calle por las que corría, como uno de esos túneles de mano de la vieja escuela que las madres de fútbol solían hacer después de que se terminó un juego. Cerré los ojos y, puse un pie delante del otro y sentí que la impresión del sol entre los árboles brillaba sobre mi piel. Por primera vez en mucho tiempo, había luz.